A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Escalofrío.

Hoy no, hoy no has venido. No has andado a mi lado, no has contado conmigo, y has pasado de largo. Hoy llovía, y alguna gota ha resbalado demasiado profunda por mis mejillas, mientras la tormenta borraba las huellas de una noche sin estrellas. 
Mientras no venías yo me iba un poco más, con el frío de tus ojos vacíos, clavados en mi nuca, me observabas a lo lejos, te callabas las palabras de regreso. 
Hay escalofríos que delatan, que escriben en los ojos lo que tus labios callan. 



sábado, 14 de diciembre de 2013

Azúcar bajo la almohada

Desperté con dolor de cabeza y un montón de recuerdos estallando en ella. Era invierno, un día de aquellos en los que sabes que algo especial va a ocurrir, y hasta olvidas ponerte las zapatillas cuando corres hasta la ventana para respirar un poco de realidad. Llevas demasiado tiempo perdido entre los sueños de las sábanas, entre el azúcar que pusiste aquella noche bajo la almohada. Sonríes. Vuelves a tumbarte en la cama y suspiras con los ojos cerrados, sin apenas darte cuenta. 
Y así es como volví a verte ahí, a lo lejos. Disimulabas, haciendo ver que no me habías visto, jugabas con tus manos, que buscaban las mías. 


- Hola, hacía sueños que no te veía.



+ ¿Cómo estás? Sí, y ya empezaba a echar de menos eso de dormirme pensando en ti.



- Yo también, aunque preferiría despertar contigo..



+ Ya, bueno.. Se nos vuelve a olvidar que fuera de este sueño, no somos realidad.



sábado, 7 de diciembre de 2013

Gracias.

Gracias, sí. Por tanto sin querer nada a propósito, por robarle sonrisas a mis labios, por mirarme con la magia que quema y enciende el corazón. Gracias por andar con mis manos, reflejarte en mis ojos y hacerme llorar de emoción. Por despertar las mariposas de mi vida, sacudir el polvo de los recuerdos que duelen y mostrarme un horizonte por el cual luchar, contigo. 
Gracias por no rendirte nunca, por ser siempre positivo, por agarrar fuerte la palabra 'esperanza' por mucho miedo que se entrometa en el camino. 
Gracias por respetar y entender mis silencios, escuchar mis palabras y andar siempre a mi lado.
Pero sobre todo gracias, por hacerme creer en mi misma, y más que en mi, en nosotros, y en cómo dibujar en nuestra vida, los sueños que poco a poco construímos en el aire.




viernes, 29 de noviembre de 2013

Frío de ausencia.

Fría, la calle estaba fría, las ruedas de los coches heladas, del cielo caía piedra, caían gritos de dolor. La noche abrazaba las pocas criaturas que asomaban sus narices, por entre las rejas de los balcones de su soledad, mientras yo, helada, apenas existía fuera de mis pensamientos. 
Entre tantos copos, la nieve nubló mi vida, y el llanto se escapaba, huyendo con cada parpadeo de mis ojos vacíos, o llenos de una nada tan extensa que podías perderte si no mirabas más allá de la cruda realidad. Bloqueo de un reloj, y temblaban mis manos, a más velocidad que las agujas que marcaban cómo el viento clavaba los cuchillos de tu ausencia en cada poro de mi piel. 
Y así, la soledad, poco a poco se convertía en mi mejor respuesta, en el 'nunca voy a fallarte', que crujía bajo mis pies, aquellos, fríos. 



miércoles, 13 de noviembre de 2013

Parece que fue ayer.

Parece que fue ayer cuando nos besamos por primera vez, cuando sentí aquellas mariposas en el estómago, cuando escribí la primera nota en este blog pensando en ti. Parece que fue ayer cuando empezamos a andar juntos bajo el sol, bajo la lluvia, sobre las nubes. El tiempo empleó un juego sucio, y el ayer está hoy tan lejos, que asusta. 
Que asusta ver tus fotos con miedo a romperme más por dentro, con miedo a no tenerte, a verte al lado de otra, a que escuches nuestras canciones y no recuerdes todo lo que fuimos, todo lo que volaba en el aire cuando nosotros éramos los pilotos de nuestra historia. Y es todo tan confuso que ni siquiera me he propuesto olvidar, y es que olvidarlo todo sería como morir por completo.
Porque he aprendido a respirar solo de recuerdos, ya que es la única manera de conservar tus manos menos lejos de las mías. Y sí, anoche me dormí con lágrimas en la almohada, pero jamás te lo diré, y tal vez mencione que desperté con una sonrisa, por haber soñado con mi reflejo, en tus ojos.



martes, 12 de noviembre de 2013

Dos pares de calcetines.

Un par de calcetines bajo la cama, era domingo, temprano, aún no había amanecido. Imaginé qué estarías haciendo, tú, tan lejos y a la vez tan cerca de mis recuerdos. De mis ganas de encontrar dos pares de calcetines, dos tazas de café por las mañanas, dos besos en la frente al despertar. 
Tú. Y tanto polvo alrededor de tu nombre, y tanta niebla en el paisaje del olvido, como cuando el tren se iba y apenas tuvimos el valor de alzar las cabezas mientras gritábamos en silencio.
Hay amaneceres que matan más que muchas noches, que te recuerdan que vas a pasar otro día vacío, esperando despertar de la pesadilla de tu ausencia. Que quiero verte llegar de puntillas por detrás de mis pasos, quiero sentir tus manos sobre mis ojos y la sonrisa que me provocaba sentir tu olor, tu calor, tu presencia. Que muero un poco más cada vez que vivo, y solo a tu lado valdría la pena.



lunes, 11 de noviembre de 2013

Muchas noches más.

Estaba oscuro. Desperté y te oía respirar suavemente entre las finas sábanas de algodón. No pude evitar sonreír mientras palpaba tu brazo en mi cintura, que casi me dejaba sin respiración. No sabía cuanto tiempo llevábamos inmersos en nuestros sueños, pero deseé poder despertar sintiéndote a mi lado muchas noches más. 
Los suaves golpes de la lluvia acompañaban tu respirar desde fuera, desde el frío de mediados de noviembre, desde la luna llena que iluminaba tu rostro, colándose entre los pequeños hilos de la cortina que cubría la triste ventana. 
Empecé a tararear alguna canción de aquellas que hace tiempo que no escuchas, pero sigue en tu memoria. Cantaba muy bajito, y susurrando las pocas palabras que recordaba a tu oídos. Pronto, sonreíste. 

-Me encanta esa canción, tu voz, me encantas...

-Vaya... no quería despertarte, sigue soñando, que yo seguiré cantándote.

-No, no estoy seguro de haber despertado...



miércoles, 30 de octubre de 2013

Con los sueños más rotos.

Me miraba los zapatos que volaban en el aire, en el vacío que se alzaba por debajo de aquel puente de plata, reflejado en las aguas que pasaban por debajo de él. Parpadeé. Una lágrima desprendía de mis ojos más sentimiento del que nadie pueda imaginar, uniéndose a la gran masa de agua transparente como si fuese una más, como si quisiera camuflarse entre tantas gotas vacías de sentido. 
Parecía que iba a llover, los pájaros volaban muy deprisa, y las gentes asomaban sus narices por debajo de todo tipo de paraguas. Yo, permanecía sentada. 
Pronto la lluvia camuflaría mis lágrimas, y la tormenta rompería por mí los gritos que se escondían en mi interior, desde hacía tanto tiempo. 
La segundera de los relojes se pausó por una eternidad, y cerré los párpados lentamente, apretando los puños muy fuerte como sujetando las maderas de aquel puente, camuflando el dolor entre el vértigo, entre el miedo que me causaba irme de aquel lugar con las manos más vacías, con los sueños más rotos, con los candados abiertos por despecho.


miércoles, 16 de octubre de 2013

Y ojalá, que algún día.

El mundo había enloquecido. Todos éramos ruinas. Nos observábamos con miedo a rompernos demasiado otra vez, de caer al precipicio sin paracaídas. De saber que nadie iba a estar ahí para salvarnos de una caída libre que parecía no tener final.
Éramos coraza. Aquella que construíamos para sobrevivir a nuestras propias tormentas interiores, siempre sonriendo. Que la vida es bella, enserio, me decías, con lágrimas en los ojos. Apenas te creí, pero te devolví la sonrisa.
Éramos un conjunto de sensaciones acumuladas en un corazón que andaba loco, latiendo recuerdos que lo quebraban sin querer. Pero nunca se cansaba de morir un poco más. Y así íbamos todos, con cara de lunes cada día, y los ojos vacíos de esperanza.
Y solo espero, que alguien nos salve pronto, antes de que empecemos a olvidar aquel edificio que fuimos antes de todas aquellas ruinas... Y ojalá, que algún día.


domingo, 13 de octubre de 2013

Reflejo.

Llovía, pero no me había dado cuenta hasta que me dijiste: 'cuidado, no vayas a pisar los charcos'. Y fue entonces cuando vi nuestra imagen en aquel pequeño montón de agua que se escurría por entre las baldosas de la calle. 
Tú y yo, sonriendo, con los pelos empapados, cogidos de la mano. 
Hablabas de cosas que no entendía, por estar demasiado atenta mirándote los labios, sin pensar en las palabras que podían salir de ellos. Y tú, apenas reparabas en aquel detalle. Solo hablabas, y los semáforos marcaban nuestras pausas, robándole besos al tiempo, un tiempo tan mojado, que empapaba nuestras ropas poco a poco. Y no nos importaba. 
Y lo mejor de aquella tarde, fue pensar que las gotas de agua que caían por nuestras mejillas, no eran más que una lluvia fría, y que habíamos ahogado las lágrimas del ayer por un momento. Concentrados solamente, en amarnos. Improvisando.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

A propósito.

Cerré los ojos. Sentí el vértigo que me provocaba no estar a tu lado, como si fuera a caerme en cualquier momento, como si solo en tus brazos estuviera segura. 
Te imaginé en un rincón de mis sueños, abriéndome la puerta, besándome en la frente, callado. Y las palabras volaban en un silencio en el cual las protagonistas eran las miradas que se cruzaban, hablando de ti y de mi. 
La música se adueñaba del momento, matándonos poco a poco, clavándose en cada chispa de la magia que aumentaba con cada acorde, de nuestra canción. Y ahí estábamos, tú y yo, perdiendo la noción del tiempo, rozándonos los labios con los ojos, que brillaban entre las risas que se escapaban entre las sábanas. 
Como si hubiéramos creado un mundo aparte, como si todo se resumiera en la melodía que sonaba, mientras nosotros nos perdíamos, a propósito.


Lo grabé en las piedras.

Lo grabé en las piedras que se clavaban en mi corazón mientras me convencía a mí misma de que sí, que el tiempo es el único que puede echarnos una mano. 
Que hay tantas cosas que flotan en el aire, pidiendo a gritos ser realizadas, que me asusto, y solo puedo sonreír cruzando los dedos, mirando mi reloj de vez en cuando. 
Como si esperase que llegue el momento en el que alguien me diga: estás lista, corre, tu corazón vive como aquellos días en los que nadie se atrevió a arañar la música de sus latidos. 
Y cada segundo que pasa, es uno menos que queda para decirle a tus manos, que cada vez que las rozo, las mías desean no soltarse nunca.


jueves, 19 de septiembre de 2013

Sobre aquella baldosa.

Y ahí estaba de nuevo, él. Y una sonrisa incómoda y feliz se le escapaba por debajo de su nariz, mientras saludaba con la mirada encogida. Mi corazón empezó a acelerarse mientras andaba sin pensar a refugiarme en sus brazos.
Los árboles nos escuchaban, y dejaban pasar al viento que silbaba, observándonos bajo aquel claro cielo de septiembre. Hundiéndonos en un abrazo que lo paraba todo, que pausaba el mundo bajo nuestros pies, tan quietos, sobre baldosas ardientes. Y alzamos la mirada a las nubes que cubrían nuestros sueños, rozando el cielo con los dedos que se mezclaban entre nuestras manos. 
Y me dí cuenta de que no quería nada más en el mundo, que podría sobrevivir con una sobredosis de sus besos bajo el sol. Que ya nadie existía, y tal vez me equivocaba, pero solo lograba verle a él entre tanta gente que parecía rodearnos. Y tan perdida, no quise regresar nunca, deseando quemarme los pies sobre aquella baldosa que me recordaba que estaba frente a aquellos ojos que me robaban las palabras, y me llenaban de ilusión.


lunes, 16 de septiembre de 2013

No te asustes si te digo.

No te asustes si te digo que acabas de irte y ya te echo de menos. Si te digo que siento mariposas en el estómago incluso cuando no estás, solo con pensarte. No te asustes si me ves llorando al escuchar nuestra canción, solo es la emoción, el recordar el momento en que supimos que se puede querer lo que no ves. 
Porque mis días eran grises y tú los pintas de un color tan bonito, que creo que empiezo a sonreír demasiado. Porque cuando estoy contigo el mundo se evapora, y me quedo mirándote a los ojos hasta que estallamos en risas traicioneras.

Es tu mano sobre la mía jugando a que se conocen de siempre, después de haberse estado buscando tanto tiempo. Es tu sonrisa frente a mis ojos, y el silencio más dulce cuando nos abrazamos, lo que me está matando, y lo peor de todo, es que me encanta.


martes, 10 de septiembre de 2013

Como si ir más lentamente frenase el tiempo.

Me puse a escuchar los gritos de esperanza que cantaba Alex Ubago, y terminé soñando con un camino lleno de flores, tan bonitas que casi dolía verlas. Tú me tendías tu mano, muy serio, y podía leer en tus ojos algún poema de Rubén Darío, de esos que te ablandan el corazón antes de que puedas hacer nada para darte cuenta. 
Apreté tu mano con fuerza, y sentí el fuerte latir de tu corazón entre mis dedos. Entonces, el sol bañaba nuestros cuerpos solitarios, en medio de la felicidad que nos provocaba estar juntos, aquella mañana de Septiembre, cuando las hojas secas volaban por encima de nuestros sueños, más perdidas que nosotros.
Andábamos despacio, como si ir más lentamente frenase el tiempo, como si pudiéramos remediar que siguiera cayendo el sol a nuestras espaldas. 
Y poco a poco nos íbamos evaporando entre aquel mar de hojas, que se iban rompiendo bajo nuestros pasos, pero que ni siquiera escuchábamos, inmersos en los embrujos del amor.


lunes, 9 de septiembre de 2013

Tiempo muerto.

Un puñal estaba desgarrándome por dentro con tal fuerza que se podía oler en dolor en mi rostro, tan pálido y seco como el de un títere viejo. Era el triste resultado que el amor había dejado en mí, en nosotros, perdidos, sin rumbo. El tiempo se había agotado, las agujas del reloj se habían ahogado en un mar donde la espera había huido cansada, de esperar demasiado.
Habíamos construido un muro de hielo entre ambos, y tú, de tanto golpearlo, lo derribaste sobre mí. El cielo se quebraba, acompañando a mis lágrimas a aquel lugar donde descansan todos los sueños rotos. Y yo, solamente deseaba desvanecerme, desaparecer, perderme en el silencio de algún suspiro.


jueves, 5 de septiembre de 2013

Volví sin ti.

Que por la estúpida razón de ser tan nostálgica volví al lugar donde paseamos de manos aquella vez, donde me comías con los ojos, matándome de amor. 
Pero ya no estabas ahí, y esa vez empecé a morir de melancolía, de no verte a mi lado, de sentir tan frías mis manos y tan vacíos mis ojos. 
Recordé como tu rostro se recortaba entre aquellas calles que hoy se veían tan borrosas sin ti. Tu modo de sonreír, de hacerme sentir única, feliz, de lograr que deseara no despertar jamás de aquel sueño que parecía tan infinito.



Por ser un juego de niños.

Tanto pasó y tú preguntaste, qué fue del amor que aquellos días cegó nuestros ojos, fijando nuestras miradas en un mismo horizonte. Qué fue de los besos que nos dimos escondiéndonos de la realidad, viviendo nuestro propio universo, amándonos. 
Y qué poco sabíamos del amor entonces, cuando nos lanzábamos al vacío sin saber ni la profundidad, ni cuánto dolería la caída. Sin saber que estábamos jugando con un fuego ardiente, de esos que queman cuando empiezas a caer en las llamas de un amor que mata. Y tanto mata por ser prohibido, por ser absurdo. 
Por ser un juego de niños que se comen con los ojos a besos, que pueden abrazarse durante horas, y no ser más que un suspiro. Y por empezar a morir llegó la despedida, llegó el 'espero verte pronto, eres importante en mi pequeña vida'. Y las primeras lágrimas del corazón empezaron a derramar su sangre, cuando apenas sabías qué te ocurría. ¿Por qué lloras? no será qué te estás enamorando, de algo imposible.


lunes, 12 de agosto de 2013

Septiembre.

Llegaba el tren. Nos miramos desesperadamente como si buscáramos en el otro la salida, las palabras que lo calmaran todo, el 'tranquilo, solo ha sido una pesadilla'. Pero nada de aquello ocurrió, y las lágrimas saltaron sin avisar.
-Adiós- dijo, mientras sus ojos me gritaban que me amaba, que ojalá todo fuera distinto, que lo sentía mucho.
Y subió al ferrocarril que marcaría aquel final, o aquel inicio, poco sabía yo en aquel momento que casi contemplaba yo a cámara lenta. 
A penas podía hablar, pero mis labios dijeron algo parecido a una frase que habría leído en algún rincón de cualquier libro.
-Lo siento, espero que ambos vivamos más de lo que estábamos muriendo hasta ahora. En septiembre hablamos, esto es lo mejor, enserio, lo siento, adiós.- solté palabra tras palabra como si a la vez tratara de convencerme a mi misma de que aquello era lo correcto, de que iba a doler, pero si esperábamos más tiempo, moriríamos del todo. 
Se cerraron las puertas del vagón, y él, dibujó un triste corazón en el vaho del cristal mientras se alejaba el tren, y se empezó a empañar la imagen, tras el espeso velo de mis lágrimas mojadas de dolor.



domingo, 11 de agosto de 2013

Mientras dormía olvidé.

Hoy mientras dormía olvidé que tu estarías llorando y gritando bajo la fría almohada un adiós como el nuestro. 
Olvidé como empezó todo, cuando me susurraste 'me encantas' al oído, y mis ojos brillaban en la oscuridad aquella felicidad que sentía al compartir contigo aquel momento que iba marcando mi corazón como tus ojos clavados en los míos, sonriéndome. 
Olvidé la guerra de besos entre las sábanas, donde jugaba la inocencia de las ganas de besar a la persona amada. 
Olvidé cómo nos gritábamos y nos rompíamos poco a poco, y más tarde llorábamos el dolor que nos causaba hacernos daño. 
Puesta a olvidar, olvidé aquellas palabras que alguna vez dijimos en silencio, solo con la mirada. Y al despertar, tanto recordé de golpe, que sentí que todo me ahogaba, y decidí dormir de nuevo.


Tantas veces.

Tantas veces soñando para que ahora llegue el momento, y sea todo de aquel cartón que soplas y se esfuma. 
Tan ridículo es el mundo que es la lastima que me provoca tener que fingir que soy una mas, cuando se que estoy hecha para salir a gritar que sin una sonrisa esto no vale nada. 
Y posiblemente parecería una loca, y tal vez lo sea, pero hay cordura en mi locura.


¿Cómo?

¿Como se deja a la persona a la que mas quieres? Si cuando vas a decirle que todo ha terminado, le miras a los ojos y te derrumbas. 
Y habías armado el corazón de valor para no fallar, pues era lo mejor. Y piensas 'sé fuerte, aguanta, cierra los ojos y todo habrá terminado, podrás volver a ser feliz'. 
Tu corazón late, al verse desnudado de un amor que significó tanto, que lo fue todo.


Olor a sal entre tu recuerdo.

Me metí en la cama cuando casi estaba amaneciendo. 
Mi pelo desprendía un olor a sal y a su perfume que me recordaba que a partir de aquel momento empezaría a morir poco a poco. Las sabanas me envolvían y guardaban cuidadosamente los pocos granos de arena que todavía se mantenían aferrados a mi piel morena. 
Él, ya no estaba conmigo, y de pronto recordé aquellas palabras que unas horas antes susurré a sus oídos: 'No quiero que esto termine nunca.. Paremos el tiempo'. Y así lo hicimos, pero algo nos hizo despertar de nuestro sueño infinito y la despedida llegó, arrebatándonos la continuación de aquella historia de amor que veía escrita en sus ojos azules. 
Aquellos que robaban mi voluntad de retirar la mirada, de dejar de bailar en sus brazos, que me hacían prisionera de un amor tan dulce que daban ganas de seguir besándole los ojos, con la máxima intensidad de mi mirada.


jueves, 1 de agosto de 2013

Batería baja.

Es como cuando te pones los cascos y la música empieza a nublar tu mente, y tus pensamientos se reducen a las imágenes de algún recuerdo que quedó dormido en algún rincón de tus sueños. Cierras los ojos, te dejas llevar. 
Y entonces le ves, se acerca a ti y te besa en la frente.
-Te estaba buscando, a ti.
+¿Te conozco?
-Sí, ¿no me recuerdas? Solías colarte en mis sueños y desde entonces no pude cesar de buscarte. Vengo a hacerte feliz, a encender aquella sonrisa que antes solía iluminar tu rostro.
+Oh.. tiendo a olvidar aquellos sueños que solo duelen por ser demasiado lejanos a la realidad, lo siento.
Y entonces la canción se detiene y vuelves al mundo gris que te envuelve. Batería baja, y casi aguantas las lágrimas que amenazan con deshacer el nudo que te esta matando, y no te deja respirar.



miércoles, 10 de julio de 2013

Entre miedo y tristeza.

Colgar el teléfono con tristeza, con dolor de no saber qué ocurre, qué ha cambiado nuestro amor. 
Apenas comprendí tus palabras y ya colgabas, apenas comprendí las mías, y lo cierto es que acepté haberme vuelto loca y no pedí siquiera remedio, pues no me importaba. 
El miedo era sangre que corría entre mis venas, y la resignación me envolvía cuidadosamente.



martes, 9 de julio de 2013

Tal vez soy estúpida.

Y rompías mis esquemas de nuevo, derramando mis planes ya vacíos de sentido. 
Tú, me amabas, y tocabas mi fibra, mi corazoncito latía de amor, y el fuego volvía, asustándome. 
Y me daba cuenta de que estabas tan dentro de mi que apenas podía pensar en dejarte, y rompía mi alma imaginando una vida lejos de ti. 
Sí, tal vez me había acostumbrado, sí, pero mi fondo me decía que tanto te amaba que te necesitaba, porque el amor mata tanto, que confundo lo nuestro con un calvario voluntario, y tal vez soy estúpida, pero te quiero seguir amando.


Silencio.

Silencio, las palabras sobran en este momento congelado. Háblame con tu arte de robarme la respiración con tu sola presencia. Haz que sienta que me arrancas el corazón para acelerarlo cada vez que rozas mis manos. 
Piérdeme en tu mirada, en la esencia de tus ojos oscuros, que matan tanto, que hacen que muera si no te tengo cerca. No hagas nada, solo te pido que estés, porque si estás, no me falta nada.


Recuerda.

Que el ayer no vuelve, recuerda. 
Que las palabras no dichas no existen fuera del dolor que te provoca no haberlas soltado, y te golpea, así como de repente. 
Que aquello que nunca hiciste por miedo, se volverá en tu contra. 
Que hay veces que sí, que nos auto engañamos para negar el miedo, que fingimos para soñar, pero el mundo no espera.


Rompecabezas.

Y me encontraba en medio de un rompecabezas sin sentido, con pedazos rotos por el miedo y el dolor que crecían en mi. 
Que era la época de sufrir, del trance entre el con o sin ti. 
Y supongo que me mataba saber que era imposible impedir que mi corazón se encogiera haciéndose tan pequeño que convertido en lágrimas se diera a conocer poco a poco. 
Y casi llovía a cántaros. O eso veían mis ojos.


Destino adverso.

Solía creer en el destino, en aquellos hilos que nos movían a menudo, por no decir siempre. Solía creerlo, en serio, pero ya no quería, esa vez era distinto, el destino me era adverso, y yo entraba en aquellas puertas preciosas sin sentido, en las que entrar es tentador, pero para salir se requiere de un esfuerzo que yo, tal vez, no sería capaz de soportar. 
Pero no me importaba, y seguía andando, a pesar de saber que tal vez el sufrimiento seguía al arco iris, y me esperaba una lluvia espesa de dolor.


En la dura batalla de nuestro amor.

Y desconocía la razón de aquella sensación, pero no me gustaba. Y sabía que algo malo se escondía tras la mascara del 'nada ocurre' (pero duele). 
Y comencé a convencerme a mi misma de que los malos momentos son así, llegan veloces y se van lentamente, pero terminan yéndose. Pero tanto me dolía estar así contigo, pero apenas me veía capaz de llamarte para solucionar lo ocurrido. 
Como si sufrir fuera obligación en aquel instante que me mataba. 
Como si estuviera ya exhausta de luchar, y poco a poco me diera por vencida en la dura batalla de nuestro amor.


Tú, callado.

Te vi. Tú. Callado, sentado, mirando un horizonte inexistente, perdiendo la mirada en pensamientos tan lejanos que apenas podía leer en tus ojos. 
De pronto, tu mirar se encuentra con el mío, y yo me asusto. Y tus ojos gritan a los míos, y mi corazón se altera. 
Tú y yo, imposible. No quiero entender qué comenta tu mirada, no quiero saber si tú también te preguntas qué veo en mi horizonte, o si quiero compartir el tuyo. Prefiero vivir sin saberlo, así, en la lejanía de desconocer qué esconde tu mirada.


lunes, 8 de julio de 2013

Dejarse llevar.

Tan difícil de dominar, y es que lo sentía tan dentro que apenas encontraba palabras para expresar lo que sentía. Y lo peor de todo es que no temía, que me lanzaba, que el vacío no era mi enemigo, que el peligro tal vez me llamaba, y mi corazón iba flechado. 
Y es que perdí la voluntad para no mirar en la profundidad de sus ojos, para no seguir el juego que se inició solo, así, sin palabras. 
Pero es que, ¿qué son las palabras cuando hay tanto sentimiento? Y fue entonces cuando entendí las historias de amores a primera vista, de saber que encajas antes de todo, de sentir y dejarse llevar, hacia él.


jueves, 30 de mayo de 2013

Te ibas

Tan duros, tan secos, tus pasos. Te ibas, sí, y yo moría un poco más con cada golpe, con cada paso vacío. 
Decías que no, que ya nada era lo mismo, y así rompías todo aquello que construimos juntos, o eso sentía yo. 
El dolor llenaba de furia y llanto mis ojos, oscuros, nublados sin ti. Intenté gritar con la mirada, pero tus ojos no querían escuchar, y de pronto ya no estabas, tu sombra se fue contigo, dejándome en el fondo de aquel viejo sueño roto que alguna vez tuvo sentido.



martes, 28 de mayo de 2013

Frío cuento, nunca escrito

Siento que una mota de polvo se ha colado en mi pecho y no puedo respirar bien. 
Siento que desde que te fuiste el cielo es gris, y los pájaros emigraron a dondequiera que fueras. 
Siento que aquel adiós que susurraron tus labios con tanto miedo y atrevimiento hoy me mata. Siento que desde que no estas aquí desfallezco, a pesar de que me quedé en el suelo para no derrumbarme tanto, y tener una excusa para poder ser más fuerte, o por lo menos creerlo. Siento que te llevaste mi corazón y ahora tengo un hueco vacío en el alma que lleva tu nombre y no para de sangrar. 
Siento que el viento que hoy acaricia mi cara, grita que el amor me dejó sin blanca, en la estacada, de un frío cuento que jamás fue escrito.



Rutina

Rutina. Un hombre sentado en el suelo del andén. Y mira la hora, otra vez. La otra mitad del andén está vacía, o tal vez, demasiado llena de rutina. 
Hombres, mujeres, mecanizados, con ojeras y casi malas caras, con las sábanas pegadas, permanecen inmóviles, quietos, en la triste estación.


domingo, 12 de mayo de 2013

Silencio, es un secreto.

Es como aquel impulso que nunca recibí para la vida, es como las palabras que no, que nunca dije por miedo a que te marcharas, o a que te quedaras demasiado tiempo, no lo sé.
Es como las lágrimas que aún yacen en el fondo de mi alma, y sí, a veces las siento ahí, en el nudo de mi garganta, pero las vuelvo a enterrar en mis entrañas.
Es como los abrazos que nunca di, los besos que sellé en tu piel, solo con la mirada.
Es como que me dijeron que nunca diga nunca, pero sé que nada de eso vendrá, pues ni siquiera existe, pues se fue,  pues solo existió en un rincón de mis esperanzas, de mis ilusiones, pero, silencio, es un secreto.


No.

No. Que no, que no se puede. Que la corriente nos mueve, que el destino trazó las cruces que hoy seguimos. Que a veces pienso en ti y lloro, y aún no sé porqué.
No. No es fácil, el viento arrastró la sencillez pintándolo todo con aire complejo. Se llevó nuestros sueños, ilusiones, risas, anhelos, ¿a dónde fueron? no sé si quiero saberlo, pero me gustaría. Que mis latidos me asustan, sorprenden, hieren, pero más los tuyos.
Y tal vez el mundo se ha vuelto loco, o los locos somos nosotros, pero escucha, a veces tengo miedo.
Que mi lápiz desgarra el papel, pues estas palabras ,e ,atan, que esta fuerza que me impulsa a escribir la siento tan dentro, que a menudo me pierdo, confundiendo sílabas con latidos, oraciones más vivas que muchas personas, y eso, no creo, que pueda comprenderlo.


Querer, ¿qué es querer?

Querer, ¿qué es querer? Si querer conlleva sufrir, parece que para eso nací. Luchar, por aquello que amas, por aquello que anhelas, por aquello que quieres querer. 
Llorar, dejarte llevar, naufragar en recuerdos, pensar. Amar, amar es querer, amar es sufrir y luchar, llorar al pensar, amar es morir de ilusión. Volar, soñando, volar. 
Soñar que me quieres querer, soñar, que recuerdas que ayer, luchabas así, luchabas llorando de tanto pensar. Sí, tan solo escapar, hundirse en palabras que ya, no tienen razón. 
Pues sí, tal vez, sería mejor, callar, pues tanto pensar, hará que no quiera querer.


Como que me levanto y mi corazón arde.

Es como que me levanto y mi corazón arde, pues aún me recuerda todo lo que vivimos anoche, de manos, paseando por las ramblas, siendo tan felices que apenas cuenta nos dábamos. 
Y hoy, sí, mi mente no cesa de recordarte, y sé que, tal vez, nuestros recuerdos también han llegado a tu corazón. Tu y yo, locos, traicionados por un amor tan sano y bonito, que me daría miedo mencionarlo si no fuese tan cierto. 
Princesa de nuestro mundo, de nuestro cuento infinito, me hacías sentir. Besos con sabor a 'te quiero conmigo para siempre' en el reborde de una fuente, casi oía más mis latidos acelerados, que el agua que brotaba a nuestras espaldas. 
Y tú, frente a frente conmigo, clavabas en mis ojos la más dulce de las miradas.



miércoles, 1 de mayo de 2013

TU


TU. Se que me necesitas tanto como yo a ti, se que me amas, continuamente me lo repites. 
Mi corazón late con tu mirar, sabes que el amor verdadero esta en el interior, en darlo todo de ti para la felicidad de la otra persona, pues su felicidad es la tuya. 
Sabes bien que mi mayor placer es ayudarte, ver ese brillo en tus ojos, comprenderte, aconsejarte. 
Tu, no huyas de los pensamientos, de los deseos, te digo, que yo puedo lograr que se cumplan, pues te amo, y estoy dispuesta a darlo todo de mi, por una sonrisa sincera de tus labios.

Quizá


Quizá no había subido por una enredadera a mi ventana, ni venía vestido de príncipe. Pero yo dormía, a altas horas de la fría noche, y nevaba. De pronto sonó el timbre fuertemente y me sobresalté, brincando de la cama. 
Era él, venía a verme, me echaba de menos, me amaba, necesitaba verme. Y yo, aturdida por la sorpresa, apenas abría los ojos amenazados por la luz de las bombillas. 
Pero él, me tomó de las manos y andamos por la casa hablando en susurros, envueltos en abrazos cálidos y llenos de ternura, como si aquella fuera la noche más mágica de todos los tiempos.


Quema


Quema mi pecho de dolor, soportando el temblar de mis fríos huesos. 
Quema el saber que no me hablas, el estar esperando en vano palabras que resuenan en mi mente, vacías de sentido, quema el corazón ardiendo en llanto dulce, aquel que no sale al exterior, pues tanto quema, que muero de dolor.


Locura, celos, horror


La locura lo corroía, los celos teñían sus entrañas de dolor, pues eran cuchillos intensos y afilados que perforaban su pecho. 
Se estremecía, sufriendo cada imagen de su imaginación, creando historias que apenas ocurrían fuera de su revuelta cabeza. 
Haciendo del amor algo insano, con lo bello que puede ser.


Fake


Pero era un mundo falso. 
Los silencios llenos de palabras, los gritos sin peso ni valor, las amistades vacías, los corazones llorando de dolor. 
Las palabras sin sentido, las gentes hablando a sus espaldas, los ojos llorando sangre, y la maldad se apoderaba de la magia.


Siento que

Siento que muero si no te tengo cerca. 
Siento que puedes herirme con tan solo una mirada, sin necesidad de que se dirija hacia mi, pues te siento tan dentro, que todos tus actos repercuten en lo que soy. 
Siento que muero cuando lloras, cuando estas preocupado, o disgustado conmigo. 
Siento que muero cuando te fallo, y veo recortada una confianza tan necesaria que se va derrumbando poco a poco. 
Siento que te amo, que te deseo con todas mis fuerzas y a la vez esa fuerza a veces se vuelve en mi contra, provocando un odio que sabe a dulce, de aquel que deseas marcharte de tu lado pero ser perseguida y luchada. 
Siento que sin ti no puedo vivir, porque no quiero una vida sin ti, pues siento que eres mi mitad, mi corazón, por donde sale cada uno de mis sentimientos. 
Siento que enciendes luces cuando me ves, como si mereciera todo lo mejor, y eso me hace feliz. Pues yo solo quiero sentir, el amor que siento al estar contigo, y que me hace tan feliz.



Destinados


Frío suelo, corazón caliente. Una niña esta pensando en él, en aquel chico al que hoy echa tanto de menos. 
La imaginación sueña moviéndose por senderos donde nadie antes estuvo. El amor, es la belleza de habitar lugares que solo existen para aquellos destinados a soñar juntos. 


Cosquillitas


Cosquillitas. Tanto amor recorría mis venas que paralizaba mi sangre, y mi sonrisa jugaba con sus labios mientras lloraba de felicidad presa bajo sus dulces brazos que me mataban con cada cosquilla que sentía mi cuerpo, estremeciéndose ante aquel bonito momento de ilusión a su lado.


martes, 30 de abril de 2013

Casi complejo


Manos a la obra. Pincel, arte y artista. 
Caligrafía que relata cualquier historia, índole aleatoria, sentir reflejado cual perfecto espejo. Casi complejo.


P.S.


Hojas en blanco, que llenaremos de mágicas historias, de sueños infinitos plasmados en folios llenos de tinta azul. 
Quisiera imprimir tu sonrisa en mis cuentos, tus dulces ojos, la inquietud que siento cuando no te tengo cerca. 
Quisiera cambiar la ecuación, y hacer que 1+1 fueran uno solo, porque algo me dice que podemos ser felices juntos. 
P.S. (para siempre).