A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

jueves, 30 de mayo de 2013

Te ibas

Tan duros, tan secos, tus pasos. Te ibas, sí, y yo moría un poco más con cada golpe, con cada paso vacío. 
Decías que no, que ya nada era lo mismo, y así rompías todo aquello que construimos juntos, o eso sentía yo. 
El dolor llenaba de furia y llanto mis ojos, oscuros, nublados sin ti. Intenté gritar con la mirada, pero tus ojos no querían escuchar, y de pronto ya no estabas, tu sombra se fue contigo, dejándome en el fondo de aquel viejo sueño roto que alguna vez tuvo sentido.



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