Y desconocía la razón de aquella sensación, pero no me gustaba. Y sabía que algo malo se escondía tras la mascara del 'nada ocurre' (pero duele).
Y comencé a convencerme a mi misma de que los malos momentos son así, llegan veloces y se van lentamente, pero terminan yéndose. Pero tanto me dolía estar así contigo, pero apenas me veía capaz de llamarte para solucionar lo ocurrido.
Como si sufrir fuera obligación en aquel instante que me mataba.
Como si estuviera ya exhausta de luchar, y poco a poco me diera por vencida en la dura batalla de nuestro amor.
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