Es como que me levanto y mi corazón arde, pues aún me recuerda todo lo que vivimos anoche, de manos, paseando por las ramblas, siendo tan felices que apenas cuenta nos dábamos.
Y hoy, sí, mi mente no cesa de recordarte, y sé que, tal vez, nuestros recuerdos también han llegado a tu corazón. Tu y yo, locos, traicionados por un amor tan sano y bonito, que me daría miedo mencionarlo si no fuese tan cierto.
Princesa de nuestro mundo, de nuestro cuento infinito, me hacías sentir. Besos con sabor a 'te quiero conmigo para siempre' en el reborde de una fuente, casi oía más mis latidos acelerados, que el agua que brotaba a nuestras espaldas.
Y tú, frente a frente conmigo, clavabas en mis ojos la más dulce de las miradas.
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