A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Volví sin ti.

Que por la estúpida razón de ser tan nostálgica volví al lugar donde paseamos de manos aquella vez, donde me comías con los ojos, matándome de amor. 
Pero ya no estabas ahí, y esa vez empecé a morir de melancolía, de no verte a mi lado, de sentir tan frías mis manos y tan vacíos mis ojos. 
Recordé como tu rostro se recortaba entre aquellas calles que hoy se veían tan borrosas sin ti. Tu modo de sonreír, de hacerme sentir única, feliz, de lograr que deseara no despertar jamás de aquel sueño que parecía tan infinito.



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