A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

martes, 28 de mayo de 2013

Rutina

Rutina. Un hombre sentado en el suelo del andén. Y mira la hora, otra vez. La otra mitad del andén está vacía, o tal vez, demasiado llena de rutina. 
Hombres, mujeres, mecanizados, con ojeras y casi malas caras, con las sábanas pegadas, permanecen inmóviles, quietos, en la triste estación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario