Hoy no, hoy no has venido. No has andado a mi lado, no has contado conmigo, y has pasado de largo. Hoy llovía, y alguna gota ha resbalado demasiado profunda por mis mejillas, mientras la tormenta borraba las huellas de una noche sin estrellas.
Mientras no venías yo me iba un poco más, con el frío de tus ojos vacíos, clavados en mi nuca, me observabas a lo lejos, te callabas las palabras de regreso.
Hay escalofríos que delatan, que escriben en los ojos lo que tus labios callan.
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