A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Escalofrío.

Hoy no, hoy no has venido. No has andado a mi lado, no has contado conmigo, y has pasado de largo. Hoy llovía, y alguna gota ha resbalado demasiado profunda por mis mejillas, mientras la tormenta borraba las huellas de una noche sin estrellas. 
Mientras no venías yo me iba un poco más, con el frío de tus ojos vacíos, clavados en mi nuca, me observabas a lo lejos, te callabas las palabras de regreso. 
Hay escalofríos que delatan, que escriben en los ojos lo que tus labios callan. 



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