Te vi. Tú. Callado, sentado, mirando un horizonte inexistente, perdiendo la mirada en pensamientos tan lejanos que apenas podía leer en tus ojos.
De pronto, tu mirar se encuentra con el mío, y yo me asusto. Y tus ojos gritan a los míos, y mi corazón se altera.
Tú y yo, imposible. No quiero entender qué comenta tu mirada, no quiero saber si tú también te preguntas qué veo en mi horizonte, o si quiero compartir el tuyo. Prefiero vivir sin saberlo, así, en la lejanía de desconocer qué esconde tu mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario