Que el ayer no vuelve, recuerda.
Que las palabras no dichas no existen fuera del dolor que te provoca no haberlas soltado, y te golpea, así como de repente.
Que aquello que nunca hiciste por miedo, se volverá en tu contra.
Que hay veces que sí, que nos auto engañamos para negar el miedo, que fingimos para soñar, pero el mundo no espera.
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