A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

domingo, 12 de mayo de 2013

No.

No. Que no, que no se puede. Que la corriente nos mueve, que el destino trazó las cruces que hoy seguimos. Que a veces pienso en ti y lloro, y aún no sé porqué.
No. No es fácil, el viento arrastró la sencillez pintándolo todo con aire complejo. Se llevó nuestros sueños, ilusiones, risas, anhelos, ¿a dónde fueron? no sé si quiero saberlo, pero me gustaría. Que mis latidos me asustan, sorprenden, hieren, pero más los tuyos.
Y tal vez el mundo se ha vuelto loco, o los locos somos nosotros, pero escucha, a veces tengo miedo.
Que mi lápiz desgarra el papel, pues estas palabras ,e ,atan, que esta fuerza que me impulsa a escribir la siento tan dentro, que a menudo me pierdo, confundiendo sílabas con latidos, oraciones más vivas que muchas personas, y eso, no creo, que pueda comprenderlo.


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