Tan difícil de dominar, y es que lo sentía tan dentro que apenas encontraba palabras para expresar lo que sentía. Y lo peor de todo es que no temía, que me lanzaba, que el vacío no era mi enemigo, que el peligro tal vez me llamaba, y mi corazón iba flechado.
Y es que perdí la voluntad para no mirar en la profundidad de sus ojos, para no seguir el juego que se inició solo, así, sin palabras.
Pero es que, ¿qué son las palabras cuando hay tanto sentimiento? Y fue entonces cuando entendí las historias de amores a primera vista, de saber que encajas antes de todo, de sentir y dejarse llevar, hacia él.
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