Hay veces que sí, no lo planeas, ocurre y eres tan feliz que deseas que siempre sea así, que haya un para siempre y nunca se escriba un final. Y sientes toda la energía, todo el amor, los nervios, la emoción, y todo tiene tan alto nivel, que eres tan afortunado que no lo comprendes. Y entonces parece que vas a llorar de alegría, de deseo de vivir. Y ser aquello que eres ahora, para siempre.
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