Suena una canción, nuestra canción, y pienso en ti. Y en los pocos minutos que ha necesitado mi corazón para latir tan deprisa cuando te acercas, cuando tus labios rozan los míos, cuando tus manos se cuelan entre mi camiseta y mi piel. Y tengo miedo, mucho miedo, de que esto desaparezca cuando cierre los ojos esta noche y mañana ya no estés; tengo miedo de ilusionarme tanto, de abrirte mi corazón y que el amor se derrame por alguna grieta repentina. Pero entonces me miras a los ojos, me sonríes y me abrazas tan fuerte que se esfuman mis dudas, como si se escurrieran entre cuatros y ochos de picas, entre tus dedos mágicos, y las hicieras desaparecer. Quererte me está doliendo, me está matando, me está volviendo loca. Quererte a ti es la mayor locura que he hecho en tanto tiempo... y no quiero que termine nunca.
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