A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

jueves, 25 de febrero de 2021

Momentos previos.

Momentos previos a verte, después de tanto tiempo y me pregunto: ¿qué habrá sido de ti? Tantos años nos dividen pero hoy los recortamos cual máquina del tiempo, para volvernos a descubrir. Miro atrás y te veo sentado, escena frágil y llena de amor que me empujaba a querer estar contigo para entender un poco más (y mejor) cada letra que nacía en tu interior. Te seguí un poco la pista (para qué negarlo, pues), y te pensé de vez en cuando, cual recuerdo allí estancado en la plaza de las personas que no quise olvidar nunca. 

Y seis (o siete) años más tarde cuento las horas para verte de nuevo. Me escribiste. ¿Por qué? ¿Con qué propósito lo hiciste? 


miércoles, 24 de febrero de 2021

Y el reloj no importó.

Me volviste loca, tan loca que la lluvia invadió mi alma y me ahogaba detrás de un portazo que sin existir, yo misma había imaginado. Pero entonces volviste. Volviste y el sol salió tan de prisa que su calor me pintó una sonrisa del tamaño de una felicidad infinita. Volviste y tu abrazo fue el alivio más grande que nunca antes había sentido. Y aquella magia que creí haberse escurrido volvió a enredarme entre las sábanas de un sueño que no hacía más que recordarme que los interrogantes solo sirven para hacerse daño, en tu ausencia. Y no tienen sentido. 

Tus dedos paseaban suavemente por mi cintura, acariciando con suavidad mi piel, y tus ojos se perdieron en los míos con tal facilidad, como si no hubiéramos pasado un solo instante en la distancia. Susurré a tus oídos "me encantas" tantas veces y mi voz no fue más que la tenue banda sonora de uno de esos momentos favoritos que se quedarán marcados en mi pecho para siempre. "Estás más guapa que nunca", suspiraste. Y el reloj no importó, y los toques de queda... tampoco.



lunes, 22 de febrero de 2021

El interrogante.

Tú, me miraste a los ojos y suspirando susurraste que te estabas ilusionando demasiado. Luego me abrazaste, me fundí en tu pecho y me besaste en el cuello, muy despacio. Tú me hechizaste desde el primer momento y ahora me ahogo en un universo de incertidumbre que me aprieta fuerte en la garganta. Como cuando quise decirte cuánto te quería y no me salieron las palabras por miedo a que salieras corriendo. Y es que hoy es muy difícil expresarse cuando los sentimientos no están de moda, hoy si uno es sincero los demás creen que está loco y lo miran extrañados. Hoy encontrar el amor es el mayor de los retos. Hoy tenerte es el interrogante más grande que ha inundado jamás mi suerte. 



Me pillé los dedos.

Me pillé los dedos de tanta ilusión. Que el sombrero negro fue un agujero oscuro y tenebroso que me hizo temblar de angustia cuando de un portazo te fuiste, sin darme cuenta. Y la magia que subió como la pólvora en el asiento de tu coche rojo, hoy descendía a tal velocidad que me quemaba los párpados si intentaba recuperar las cenizas que caían de lo alto. Y es que cuando la ilusión se cuela en el alma con tanta fuerza  e intensidad, deja un socavón profundo si decide retirarse sin aviso. 

Tengo sed, de una sonrisa que no contemplo; tengo hambre, de unos besos que ya no tengo; tengo ganas, de hacerte mío y quedarme sin aliento; tengo rimas, que sangran más y más por dentro. Y no te encuentro. Estoy a ciegas.



domingo, 21 de febrero de 2021

Un momento más.

Te pienso, a todas horas estás en mi mente. Te pienso y me doy cuenta de cuánta falta me haces. Y es que llevaba tanto tiempo buscando, que todas mi esperanzas se quedaron rezagadas mientras yo corría a ninguna parte. En tu búsqueda, supongo. Y hoy te miro a los ojos y se eriza cada poro de mi piel, hoy te recuerdo tumbado en aquel colchón que envolvía cada uno de nuestros sueños, donde mis ojos luchaban por contener las lágrimas que brotaban al pensar que iba a entregarme a ti. 

Hoy te recuerdo bajo la manta, jugando a hacer mil bromas. Te recuerdo con los ojos cerrados, delante mío, con tus pecas disimuladas entre tus mejillas ruborizadas. Te veo allí, tan frágil y tan fuerte al mismo tiempo, matándome de amor sin mover un solo dedo, tan solo con tu presencia. Vuelve, a comerme a besos durante horas, a recogerme a la salida de mis clases, a llenarme el alma de esperanza y alegría, a guiñarme el ojo y dejarme fuera de sí. Vuelve a mis brazos que necesito sentirte cerca, hazme la cucharita al dormir, acaríciame como solo tú sabes hacerlo. Déjame conocer cada rincón de tu piel y para el tiempo, por favor, que necesito un momento más... pero que sea eterno. 



viernes, 19 de febrero de 2021

Quererte.

Suena una canción, nuestra canción, y pienso en ti. Y en los pocos minutos que ha necesitado mi corazón para latir tan deprisa cuando te acercas, cuando tus labios rozan los míos, cuando tus manos se cuelan entre mi camiseta y mi piel. Y tengo miedo, mucho miedo, de que esto desaparezca cuando cierre los ojos esta noche y mañana ya no estés; tengo miedo de ilusionarme tanto, de abrirte mi corazón y que el amor se derrame por alguna grieta repentina. Pero entonces me miras a los ojos, me sonríes y me abrazas tan fuerte que se esfuman mis dudas, como si se escurrieran entre cuatros y ochos de picas, entre tus dedos mágicos, y las hicieras desaparecer. Quererte me está doliendo, me está matando, me está volviendo loca. Quererte a ti es la mayor locura que he hecho en tanto tiempo... y no quiero que termine nunca. 

https://drive.google.com/uc?export=view&id=16VQ6i6zQqElNxTkvhrEno6wlcWKgnnNa

jueves, 18 de febrero de 2021

Se me va la cabeza, contigo.

Allí apoyado en aquella barandilla de metal, esperándome. Con una sonrisa en los ojos. Y mi corazón se derrite. Que se me va la cabeza contigo, se me va, se me va. ¿Qué me das? ¿Qué me diste? 

Suena el despertador y no pienso en otra cosa que no seas tú, tu risa, tus ocurrencias, tu energía, tus ganas de mi, mis ganas de ti... de locuras contigo, de que me cojas de la mano y volemos muy alto, sin coger ningún avión. Mis ganas de conocerte cada día un poquito más, de aprenderme cada poro de tu piel de memoria, de colarme en tu corazón y quedarme allí para siempre. 


martes, 16 de febrero de 2021

Amar la vida.

Como si hubiese sabido que ibas a llegar, me quedé esperándote sentada en los bordes de la vida, observando para ver si venías, buscando entre la gente pero nunca aparecías. Pasé tantas páginas que llegó un punto en que dudé si realmente existirías, sin saber que estarías también buscándome, a los bordes de tu vida. El reloj no se detuvo, nuestros pasos tampoco; es más, se aceleraron. Inmersos en nuestras rutinas olvidamos poco a poco que el buscarnos no era cualquier tontería. Minutos, años, meses, días. Pero tú no aparecías. 

Entonces te recordé, pese a no haberte conocido todavía, y me puse a pensar en ti. ¿Realmente existirías? Un coche rojo se detuvo frente a mi, tú asomaste la cabeza enseguida. Yo te vi. Y después de tantas horas hablando me envolviste con tu magia y empecé, más que nunca, a amar la vida. 



lunes, 15 de febrero de 2021

Calla y háblame así.

Dime si es verdad, la magia en la que nunca creí, todo lo que me haces sentir, las horas que se escurren entre mis dedos cuando estoy cerca de ti. Dime si es cierto el verde azulado de tus ojos, que me mira tan intenso y tan dulce al mismo tiempo. Dime si todo esto va a desaparecer en algún sombrero negro o va a florecer hasta enredarnos en una sola piel. Dime, ¿dónde estabas? dime por qué has tardado tanto en aparecer... O solo quédate callado. Calla y háblame así, con la mirada, como solo tú sabes hacer. Hazme temblar con las yemas de tus dedos por mi espalda, con tus besos hechiceros. Hazme olvidar que el mundo existe, entela los cristales de tu coche con solo nuestra respiración entrecortada, mirándonos a los ojos. Mátame mientras conduces y me derrito oyéndote hablar. Hazme el amor con la mirada, de un modo que nunca antes logró hacerlo nadie, de un modo que solo conoces tú.  Envuélveme en tu magia, y quédate allí conmigo... siempre.




viernes, 12 de febrero de 2021

Posdata: voy por ti.

Te has ido, y al despedirte te has llevado más latidos de la cuenta. Y me ha costado respirar. Te has ido y contigo has arrastrado tantos sueños y momentos que apenas he podido hablar. Y al verte marchar mi corazón en un puño y mis lágrimas a punto de saltar por mis pupilas, se han quedado sin aliento. Entonces he sabido que voy a ir detrás de ti, que el avión de vuelta lo tomarás conmigo de la mano y podré poner mi cabeza en tu regazo mientras sobrevolamos el mar. Eres tú. Eres tú el único que me hace sentir tan viva, que me llena de alegría, que me hace crecer y aprender constantemente. Eres tú quien me abraza y siento que lo tengo todo, que no necesito más que un susurro de tus labios o una sonrisa de tu rostro, cuando me miras. 

Especial. Tan perfecto e imperfecto al mismo tiempo, tan tú. Tan extremadamente sincero, tan humilde, tan honrado, tan REAL. Y no hay nada que pueda enamorarme más que eso, que observarte mientras duermes y saber que es conmigo con quien más cómodo te sientes. Que la lluvia de aplausos cesa al cerrar la puerta de casa y son mis brazos los que buscas para descansar del mundo. Y ojalá sea así por siempre, ojalá nuestros caminos no hayan hecho más que empezar una historia en común, con unas huellas que van a pisar sus límites tantos y tantos días de ensueño. 

Posdata: voy por ti.