Solo él tiene el poder, el don, facilidad, de hacerte feliz o hacerte llorar en tan solo unos segundos, con unas pocas palabras, o tal vez, con solo una mirada.
Sabes que todo irá bien o que todo está oscuro, te duele el pecho o saltas de ilusión.
Y si estás triste, solo él puede alegrarte, y si te sientes muy feliz, solo él puede hundirte, pues él es ahora dueño de tus sentimientos, de tu corazón, está por tanto, en sus manos, hacerte feliz.
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