A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Ya quieres que vuelva

Sonidos y luces. Te es casi imposible separar tus ojos de los suyos, tan llenos de amor y ternura, pero alzas la vista, ahí llega, el tren. El mismo que os volvió a unir, el mismo que ahora os separa. Aquel que viste como amigo, ahora se acerca, debes subir. No quieres. Lo amas. Has pasado unos día increíbles a su lado, llenos de amor, sorpresas, ilusiones, besos, caricias y abrazos. Grabas su imagen instantes antes de montarte, él te sonríe, parece que susurra que te ama, que pronto volverá, que su corazón es tuyo, que eres su princesita. Y de pronto tus pies desafían al corazón, y voltean tu cuerpo haciendo de ti un pasajero más, con lágrimas en los ojos, y suplicando que alguien te dé el valor de volver junto a él y abandonar aquel triste vagón. Pero de pronto las puertas crujen bajo tus pies, que tiemblan observando el movimiento de aquel paisaje que tanto echaras de menos, y aquella mirada que se clava en tus ojos se despide con dolor, a través de un sucio cristal. Se fue. Y ya quieres que vuelva.


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