Eran otros tiempos, días en los que todavía el destino no os había unido.
Él habla muy serio. Tus ojos se empañan, el corazón se encoge en un puño y deseas que cesen sus palabras. Te cuenta como era ella, lo que hacían, sus momentos, sus horas.
Los celos se clavan en tu alma como cuchillos. Y tu sientes que te has tragado un nudo, pues te cuesta respirar, solo deseas ser mejor que aquella, ser la chica de sus sueños, la que lo vuelva loco, loco de felicidad.
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