A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

martes, 9 de marzo de 2021

Desapareciendo.

Siete días, una semana. Y tan pocas horas me bastaron para caer rendida a tus pies, a tu magia, a tus caricias traicioneras. Siete días y cuatro textos, varias decenas de versos que escribiste en mi nombre. Y me dejaste sin aliento. Cinco paseos, dos sorpresas, un pastel de chocolate y un encuentro inesperado al salir de clase. Y las mariposas alzaron su vuelo para envenenarlo todo con tus aires de grandeza, mientras me hacía más y más pequeña. Un corazón abierto de par en par, llorando sangre a bocajarro al despertar de un sueño enfermo, doscientas lágrimas mudas que caían en silencio formando un gran estruendo en mi interior. Lloviendo sin paraguas, llorando sin motivo aparente, ahogando mis penas en otras aún más grandes. Desapareciendo. 



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