Sábados, paseos en pijama por los cristales empañados de tu vida, mientras suena alguna canción de fondo. Alguna de esas que apedrea recuerdos contra tu cabeza, contra tus ganas de salir del refugio de tus sábanas, de ir a luchar tu realidad otra vez.
Sábados de soledad, de cerrar los ojos y dejarte llevar por el silencio, por la nada más profunda. Mañanas vacías, cielos sin estrellas, corazones rotos.
Sábados sin inspiración, con demasiadas ganas de tener ganas de algo, de soltar el nudo que aprieta las lágrimas acumuladas en el fondo de tu garganta.
Sábados en la cama, siendo náufrago de una realidad que se esconde entre tantos sueños sin resolver.
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