Esas ganas de abrazarlo, esas ganas de saber qué estará haciendo, de preguntarte una y otra vez si estará pensando en ti, esas cosas que hacen que lo ames cada día más y que cada minuto que pase agradezcas tener su corazón, y sentirte afortunada por amarlo tanto, por poder demostrarle cuanto le quieres y cuanto quieres quererle.
Porque el amor verdadero no tiene reglas, no tiene normas, el amor verdadero te llena el corazón de felicidad y te recuerda cada día que esa felicidad tienes que compartirla, y también de ese modo, serás todavía más feliz.
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