A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Miedo

Miedo. Unos párpados apretados con fuerza, a juego con unas manos que tiemblan de terror. Imágenes, que se van grabando en tu interior, que más tarde lucharás sin mérito por borrar de tu mente. 
Miedo. Duda de tus capacidades, aceptación de una clásica inferioridad ante aquello que asusta. 
Miedo de estar con alguien, o de quedarse solo. De avanzar en vano, de detenerse antes de tiempo. Terror a lo desconocido, o a conocer demasiado. A querer estar con alguien, a no querer. Piernas que tiemblan, voces que callan, pensamientos que mueren, miradas que se evitan. 
Miedo a fallar, al qué pensarán. A decepcionar, a ilusionar. Caer en rutina, crecer deprisa, dejarse llevar demasiado. 
Miedo que mata la felicidad, felicidad muerta de miedo.




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