Rojos, aquellos ojos que lloran sentimientos, desahogando
penas, y se habían armado de mil valores para darse a entender.
Pestañas lluviosas,
cubrían las lagrimas derramadas. Un pecho cada vez más pequeño y un nudo en la
garganta.
Tan grande es, que apenas permite que pase el aire, te ahogas en
llanto. Ríos de amores perdidos, de recuerdos rotos, de mundos locos.
Parpados que
pasan sueño, de tanta tristeza, que llaman a soñar un mundo mejor en cualquier
otro lugar, huyendo de la realidad.