A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Escalofrío.

Hoy no, hoy no has venido. No has andado a mi lado, no has contado conmigo, y has pasado de largo. Hoy llovía, y alguna gota ha resbalado demasiado profunda por mis mejillas, mientras la tormenta borraba las huellas de una noche sin estrellas. 
Mientras no venías yo me iba un poco más, con el frío de tus ojos vacíos, clavados en mi nuca, me observabas a lo lejos, te callabas las palabras de regreso. 
Hay escalofríos que delatan, que escriben en los ojos lo que tus labios callan. 



sábado, 14 de diciembre de 2013

Azúcar bajo la almohada

Desperté con dolor de cabeza y un montón de recuerdos estallando en ella. Era invierno, un día de aquellos en los que sabes que algo especial va a ocurrir, y hasta olvidas ponerte las zapatillas cuando corres hasta la ventana para respirar un poco de realidad. Llevas demasiado tiempo perdido entre los sueños de las sábanas, entre el azúcar que pusiste aquella noche bajo la almohada. Sonríes. Vuelves a tumbarte en la cama y suspiras con los ojos cerrados, sin apenas darte cuenta. 
Y así es como volví a verte ahí, a lo lejos. Disimulabas, haciendo ver que no me habías visto, jugabas con tus manos, que buscaban las mías. 


- Hola, hacía sueños que no te veía.



+ ¿Cómo estás? Sí, y ya empezaba a echar de menos eso de dormirme pensando en ti.



- Yo también, aunque preferiría despertar contigo..



+ Ya, bueno.. Se nos vuelve a olvidar que fuera de este sueño, no somos realidad.



sábado, 7 de diciembre de 2013

Gracias.

Gracias, sí. Por tanto sin querer nada a propósito, por robarle sonrisas a mis labios, por mirarme con la magia que quema y enciende el corazón. Gracias por andar con mis manos, reflejarte en mis ojos y hacerme llorar de emoción. Por despertar las mariposas de mi vida, sacudir el polvo de los recuerdos que duelen y mostrarme un horizonte por el cual luchar, contigo. 
Gracias por no rendirte nunca, por ser siempre positivo, por agarrar fuerte la palabra 'esperanza' por mucho miedo que se entrometa en el camino. 
Gracias por respetar y entender mis silencios, escuchar mis palabras y andar siempre a mi lado.
Pero sobre todo gracias, por hacerme creer en mi misma, y más que en mi, en nosotros, y en cómo dibujar en nuestra vida, los sueños que poco a poco construímos en el aire.