Aquel tren de medianoche, de bailes hechizados, de tardes sobre ruedas... despegó. Y lo hizo con tal fuerza que empecé a sentir el vuelo mucho antes de saber que se podía volar. Y en tus ojos vi el futuro, un camino algo enrocado pero lleno de flores silvestres que estaban por florecer. Y así fue como surgimos, como nos aventuramos en el filo de un abismo que acabó saliendo bien.
Y hoy, hoy amanezco con la risa de un bebé que comparte tus ojos y mi sonrisa, que es la mezcla perfecta de un amor que creció como la espuma y hoy moldeamos con paciencia para que siga creciendo y enredándose en mi pelo cuando tú me lo acaricias. Y así fue, como después de dar a luz un príncipe en nochebuena, llegó una niña que hoy se hace espacio en una familia que solo sueña con abrazarla.
Y así es la vida, y aunque las nubes a veces tiñan de gris el cielo, en nuestro hogar siempre habrá un lugar para cobijarnos de cualquier trueno. Por siempre juntos.
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