A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

martes, 30 de abril de 2013

Feliz


Feliz. Él era la razón. Había vuelto, y era él, aquel chico del que me enamoré, su sonrisa, su mirar, su ilusión por hacerme feliz.
Aquellas dulces palabras de amor hoy sonaban de nuevo para mi, y sus labios me besaban con fuerza, sellando un amor infinito. 
Un hechizo del pasado recaía sobre nuestros corazones, haciendo de cada latido una nueva oportunidad para amarnos cada vez más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario