A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Palabras de dolor


Palabras hay que no escribí, pues el dolor era tal que impedía remarcarlo entre letras borrosas. Tenía que dejarlo, al parecer él no me convenía, y yo debía alejarme, a pesar de que mi corazón solo latía con su risa y su mirada. Y yo, solamente lloraba. Fue entonces cuando vino, llegó y yo bajé a verle. Él iba tan guapo, y yo aún guardaba mi vestido en el triste armario, pues aquella noche iba a ser triste. De pronto, le dije que lo nuestro no iba bien. Él apenas entendía palabra. Cayó al suelo de rodillas con lágrimas en los ojos suplicando mi perdón, y yo, paralizada, sentí que el mundo terminaba, que mi corazón lloraba más que mis ojos, y solo un abrazo podría calmar el dolor.


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