Volvía, como todo vuelve, como se habían ido aquellos dulces días, hoy había vuelto uno de ellos, como si quisiera abrirme los ojos y decir: todo está bien, no sufras, nada ha cambiado todavía. Sus manos acariciaban mi rostro, ojos que penetran en una mirada sincera, navegando en pensamientos felices, os sorprendíais de hablar un mismo lenguaje, de pensar unos mismos pensamientos, por una vez, como aquellos tiempos. Hoy estabais cómodos abrazados, y los besos eran tan dulces como el primero. El amor está lleno de sorpresas, no siempre debes crear el momento, pues muchas veces llega solo, y esas son las mejores. Sabias palabras.
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