A contracorriente

Comerme el mundo, saltar por encima de los muros del orgullo, romper las distancias, coger fuerzas de la nada, rasgarme la piel de tanto sonreír, caerme mil veces y levantarme dos mil, equivocarme y aprender, ir en contra de la gravedad, besar con los ojos, pisar con las manos, hablar en silencio, soñar con los ojos abiertos, gritar de alegría, llorar de felicidad, regalar abrazos, cambiar el mundo.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Perdidos.

¿Qué puedo hacer? Dime qué hago si te miro y solo tengo ganas de escapar lejos contigo, de congelar la magia de nuestra mirada y conservarla para siempre. Si empiezo a soñar cuando escucho una canción, y te veo frente a mi. Y escucho las olas rompiéndose mientras construíamos el inicio de nuestra pequeña gran historia, mientras me perdía entre las cuerdas de una guitarra que solo sonaba en el silencio de nuestras primeras sonrisas. Y tan poco sabía yo, que empecé a querer quedarme en tus brazos. Pronto, tu mano y la mía; pronto soñé con comerte la sonrisa; pronto tú y yo muy lejos; perdidos. Y ya empezábamos a ser felices. 

Y es que no quiero verte llorar si no es de emoción, no quiero bailar si tu no eres la canción, no quiero mirar si no me veo en tus ojos, no quiero anochecer sin tu calor. Ven, vamos a reírnos de aquellos que hablan mal del amor, vamos a pintar sonrisas con un pintalabios de cualquier color. A veces cuanto más piensas, menos aciertas. Deja de lado el temor a ser el protagonista del mundo de tus sueños, toma las riendas y luego hazlos realidad. No estas solo; llevo tiempo esperando a que llamen a la puerta de mi vida, y solo tú tienes la llave.